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sábado, 3 de agosto de 2019

Parte de la historia del Merengue


El merengue es parte de nuestra identidad, es por esto que te llevamos su historia, acompañada de videos musicales.
Es una danza folklórica que se ha difundido ampliamente y que hasta el momento se discute su origen.

Según Flérida de Nolasco fue alguien sólo conocido como Alfonseca quien inventó el merengue. Su origen y aparición se pierde en las brumas del pasado (Julio Alberto Hernández).

Nació con carácter de melodía criolla tras la batalla de Talanquera donde triunfaron los dominicanos (Rafael Vidal).

Al parecer el merengue se desprende de una música cubana llamada UPA, una de cuyas partes se llamaba me-rengue. La UPA pasó a Puerto Rico, de donde llegaría a Santo Domingo a mediados del siglo pasado (Fradique Lizardo).

Al parecer Lizardo se acerca al origen del asunto. En 1844 el merengue aún no era popular, pero ya en 1850 se puso de moda, desplazando a la Tumba. A partir de ese momento tuvo muchos detractores.

A principios de la década de 1850 se desató en los periódicos de la capital dominicana, una campaña en defensa de la Tumba y en contra del merengue que reflejaba el auge que iba adquiriendo este ritmo en detrimento de la primera.

Don Emilio Rodríguez Demorizi dice: "Los orígenes del merengue siguen pues, en la niebla. No parece que pueda atribuirse a origen haitiano. De haber tenido esa oscura procedencia no habría gozado de boga alguna en 1855, época de cruentas luchas contra Haití; ni los que en ese año repudiaban al merengue habrían dejado de señalar tal procedencia como suficiente motivo. Tampoco lo señaló Ulises Francisco Espaillat en sus escritos contra el merengue en 1875".

A mediados del siglo pasado, de 1838 a 1849, un baile llamado URPA o UPA Habanera, se paseó por el Caribe llegando a Puerto Rico donde fue bien recibido.

Este baile tenía un movimiento llamado merengue que al parecer es la forma que se escogió para designar el baile y llegó a nuestro país donde ni siquiera se mencionó en los primeros años.

Posteriormente fue bien acogido y hasta el coronel Alfonseca escribió piezas de la nueva música con títulos muy populares como "¡Ay, Coco!", "El sancocho", "El que no tiene dos pesos no baila", y "Huye Marcos Rojas que te coge la pelota".

Estructura e Instrumentos

En su estructura musical el merengue constaba de paseo, cuerpo o merengue, y jaleo. Se le quiere atribuir a Emilio Arté erróneamente el haber agregado el paseo al merengue tal como existía en su época.

Desde el principio el merengue se interpretó en los instrumentos que poseía el pueblo y que les eran más fáciles de adquirir, las bandurrias dominicanas, el Tres (instrumento musical derivado de la guitarra), el Cuatro, también derivado de la guitarra.

A fines del siglo pasado hizo su entrada por el Cibao el acordeón diatónico de origen alemán que por su fácil manejo desplazó la bandurria. Por sus escasas posibilidades melódicas este instrumento limitó la música que interpretaba y así el merengue se conservó en cierta forma desvirtuado con relación al original.

La coreografía del merengue se reduce a que el hombre y la mujer entrelazados se desplazan lateralmente en lo que se llama "paso de la empalizada", luego pueden dar vuelta hacia la derecha o la izquierda. Esto constituye el verdadero "merengue de salón", en el cual las parejas no se separaban jamás.

Existe también lo que se conoce con el nombre de "merengue de figura" en el cual las parejas hacían múltiples evoluciones y adornos o "floreros" como se le llamaba, pero siempre sin soltarse.

Evolución

El merengue genuino y auténtico solo sobrevive en las zonas rurales. La forma tradicional del merengue ha cambiado.

El paseo desapareció. El cuerpo del merengue se ha alargado un poco más. El jaleo ha sufrido, la introducción de ritmos exóticos.

Penetración Social

En sus inicios el merengue, a pesar de su auge entre las masas populares, no fue aceptado por la clase alta sino hasta mucho tiempo después, por su vinculación con la música africana.

Otra de las causas que pesaron sobre el repudio y ataques contra el merengue fueron los textos literarios que lo acompañan, generalmente subidos de tono.

En 1875, en plena era victoriana.  Ulises Francisco Espaillat inició una campaña contra el merengue que fue totalmente inútil pues ya el baile se había adueñado del Cibao donde se hizo fuerte a tal punto que se asocia hoy esta región como cuna del merengue.

A principios del presente siglo músicos cultos hicieron una gran campaña para la introducción de esta danza en los salones.
Los músicos populares se unieron a esa campaña, la que encontraba siempre la resistencia que inspiraba el lenguaje vulgar de las letras que acompañaban el ritmo.

Juan F. García, Juan Espínola y Julio Alberto Hernández, fueron pioneros en esa campaña. Su éxito no fue inmediato ya que a pesar de que establecieron la forma musical del merengue, no pudieron conseguir que este penetrara en "la sociedad" y se considerara como una creación del pueblo dominicano.

El panorama cambió a partir de 1930, pues Rafael L. Trujillo en su campaña electoral usó varios conjuntos de "Perico Ripiao" y logro difundir el aire nuevo a zonas donde no se le conocía previamente, ayudándole mucho en esa difusión el uso de la radio recién llegada al país antes del inicio de la dictadura.

A pesar de esta gran difusión y propaganda no se aceptó de pleno el merengue en lo que se llamaba "la buena sociedad dominicana" hasta que en una familia de la "aristocracia" de Santiago, en ocasión de la celebración de una fiesta solicitaron a Luis Alberti, que iba a amenizar con su orquesta, que compusiera un merengue con "letras decentes", y éste accedió.

Alberti compuso para tal ocasión el "Compadre Pedro Juan", el cual no solo gustó, sino que causó furor, llegando a convertirse en el himno de los merengues. A partir de ese momento comenzó a diseminarse el merengue. Para esto la radio prestó una ayuda generosa.

Al diseminarse el merengue por todo el país se produjeron variaciones en este ritmo, algo catalogado de normal con toda manifestación cultural. Estas reflejan el manejo de los elementos culturales hecho al acomodo y conveniencia de algunos.

Variantes del Merengue

Como fueron músicos cultos los que fijaron la forma musical del nuevo merengue, los músicos populares trataron de imitar y seguir este modelo mientras que el hombre de campo continuó tocando el merengue de la misma forma.

Esto dio origen a dos formas de merengue bien diferenciadas entre sí. El merengue folklórico auténtico que aún se encuentra en los campos, y el merengue de salón. Este último es el que más se difunde y el que la gran mayoría de personas creen que es folklórico.

Una de las variantes del merengue es el “pambiche” que según leyendas que puede tener visos de verdad, no es más que el nombre que recibe el jaleo del merengue desprovisto de sus otras partes y adaptado al paso lento de los marinos "yanquis" que ocupaban nuestro país y a los cuales se les hacía un poco difícil adaptarse al ritmo más rápido del merengue.

Merengue hoy

La música forma parte integral de la vida cotidiana; afirmándose que el merengue está presente en todo el país. Al mismo tiempo música, folklore y danza, el Merengue es la expresión de toda una nación.

En la actualidad, entre los merengueros que más se destacan están Juan Luis Guerra, Milly Quezada, Johnny Ventura, Fernando Villalona, Héctor Acosta (El Torito), Sergio Vargas, Los Hermanos Rosario, Eddy Herrera, Miriam Cruz, entre otros.

Además de estos merengueros de la actualidad, también tenemos predecesores como son: Luis Alberto, Rafael Solano, Joseito Mateo, Vinicio Franco, Félix del Rosario, Alberto Beltrán, Frank Cruz, entre otros.

El Merengue es considerado como el baile nacional dominicano. Es una danza folklórica que se ha difundido ampliamente y que hasta el momento se discute su origen.

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